"You've got a pussy. I have a dick." Es biológicamente inequívoco. La versión cochina y uncut del clip de "Pussy", single del sexto y último LP de Rammstein, Liebe Ist Für Alle Da (es decir, "el amor es para todos"), obvio que no se encuentra en Youtube, sino en Redtube, que es una interfaz simil Youtube que está llena de porno. En su trama, luego de un warm-up de escenas cachondas muy euro, donde, por ejemplo, el bajista Oliver Riedel aparece crucificado y sometido frente a su ama o el tecladista Flake Lorenz sale como un pelele feminizado con peluca, toda la banda se pone a follar. En planos simulados con dobles de pito y pornstars, hasta llegar literalmente al climax líquido, mientras Till Lindemann, su cantante supermuscular, se queja en un atrio frente a la bandera germánica: "I can't get laid in Germany." Todo esto estuvo sumamente prohibido en Deutschland, bajo el escrutinio de un ente estatal que se traduce como Oficina Federal para el Examen de Medios Dañinos, lo que evidencia que en el siglo XXI y en una democracia hay algo o alguien que dictamina abiertamente lo que los chicos pueden ver. O sea, todo esto está genial: alguien tiene que salir a hacerlo. Y en la última controversia para mojigatos en la historia del rock, Rammstein, le copa el rancho a Alice Cooper, a Kiss, a Marilyn Manson y a todo el resto, no en relevancia, sino en mero shock bestia. La fonética germana ayuda. Rammstein no sería lo mismo sin ello. No hay sutilezas, y si las hay, son mínimas.
Liebe Ist Für Alle Da, por su parte, recupera al Rammstein más retorcido y metálico, mientras se explaya sobre el extremismo en el amor con riffs motosierra y una evocación total al Neue Deutsche Harte, o la nueva dureza alemana, el movimiento de metal electrónico post-industrial al que pertenecieron junto con Die Krupps y visionarios así, un sabor genuinamente europeo. Y que Rammstein intente detonar este sábado 27 de noviembre el estadio de Racing es un acto de valentía. La voz enfundada en cuero de Till Lindemann está en su hora de gloria y puede generar la misma incomodidad y efecto táctil que una cavity search en el aeropuerto de Los Angeles. Esto nomás alcanza. Pero la fama de Rammstein en vivo es su empleo de explosiones y fuego sin discreción, cañones fálicos que escupen confetti con los colores de la bandera alemana o dildos inclusive. Algo de eso en Racing se puede esperar.
En "Pussy", Paul Landers, guitarrista rítmico, se caracteriza como un cowboy que le llena la tanga de dólares a una chica. Y es paradójico en cierto punto: Landers, criado en Berlín Oriental, habla ruso fluidamente pero no maneja el alfabeto cirílico, y con Flake Lorenz, montó hace más de 15 años Feeling B, banda precursora a Rammstein, con gigs muy subterráneos en Berlín Oriental también.
Criarse en esa atmósfera te moldea decididamente.
¡Uff! Podría escribir un libro entero al respecto. Pero creeme que no somos un ejemplo de típicos tipos criados en el Este. Y requirió coraje. Quizá en nuestra música verbalizamos todo lo que los que se criaron en el Este jamás se hubiesen atrevido a verbalizar. No era todo tan pesado. Si seguías ciertas reglas en esa dictadura, podías vivir bastante bien. Podías organizar un show, inclusive. No sufrimos tanto. Nosotros, en nuestro caso particular, no fuimos tan reprimidos como uno puede creer.
Sobre el show en vivo, calculo que no podrán traer todo el aparato pirotécnico.
Es que vamos en avión, y se complica. En Europa, llevamos todo en camiones, lo que facilita la cuestión. No podemos llevar absolutamente todo el espectáculo. De todas formas, algo llevamos y no es menor. Es mejor esto que no ir.
Lo que ocurrió con el clip de "Pussy" es único.
El director nos propuso hacer algo porno, nos pusimos de acuerdo rápidamente y dijimos que sí. Pensamos que era cool, que ya no había necesidad de MTV con Internet. No previmos que YouTube lo vetara. Entonces, apareció esta opción, y encontramos una forma de mostrarlo que era más privada y oculta. La exclusividad del video lo hizo más complejo e interesante.
¿Cuánto importa el shock crudo?
Nosotros nos movemos dentro de los límites del buen gusto, sabemos que vivimos en una sociedad que funciona en ellos. Hasta que nos encontramos con esos límites, de forma casual o intencional. No es tan difícil provocar, realmente, es un proceso natural. Casi que vivimos calmados como para no hacerlo. No estamos ahí sentados viendo con qué cosa podemos shockear a todo el mundo.
Ahora, hay algo muy real en todo esto.
Decididamente, lo hay.
¿Sentís que toda esta pirotecnia y sexualidad extrema dificultan un poco el mensaje?
No estamos para dar uno. En todo caso, que eso lo hagan las autoridades. Nuestro punto de comienzo son ideas y tópicos alemanes, que de por sí es un lugar muy difícil para empezar. Tenemos muy mala fama en nuestro país. Siempre el quilombo nos acompañó, desde nuestros primeros días, siempre hubo malentendidos, o nos han malentendido, aunque ya no pasa tanto.
Son parte de una línea histórica.
Kiss, Alice Cooper, Marilyn Manson, Slipknot. Sí, lo sabemos bien. Crecimos con Kiss. Todos quisieron provocar, y se convirtieron en un comic. Pero no es artificial. Querían montar algo terrorífico y lo montaron. Quizá ya estamos viejos, quizá seremos cómicos en un cierto tiempo. Pero ahora estamos con esto: alguien tiene que llenar este lugar.
Fuente: http://www.rollingstone.com.ar/1328072-rammstein-habla-paul-landers
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