domingo, 16 de mayo de 2010

Ronnie James Padavona Dio [1946 - 2010]


"Se supone que el Hard Rock y el Heavy Metal es música para gente “dura”, personas que sólo encuentran la satisfacción musical cuando una guitarra electrifica el cuerpo a base de riffs pesados y una batería poderosa acelera las pulsaciones. Pero a veces hasta los más duros también podemos ser “blandos”, pasionales o emotivos; por ello no tengo ninguna vergüenza en reconocer que cuando me enteré de la noticia de la muerte de Ronnie James Dio lloré. Lo hice con pena y egoísmo, con esa rabia insensata que emerge cuando sentimos que nos arrebatan algo muy preciado en nuestras vidas. Y digo egoísmo porque uno se obnubila con la pérdida pero no se detiene a pensar un segundo en el dolor, el sufrimiento y el padecimiento que experimenta alguien que tiene ese maldito mal conocido como cáncer.

Dio siempre fue un guerrero de mil batallas, a cuántos dragones imaginarios logró vencer y cuántos arco iris llenos de colores nos regaló con su música inmortal; pero si su existencia física se separó de su alma, es porque Ronnie estaba sufriendo y lo estaba pasando mal, por ello prefirió doblegar su espada y partir hacia su nueva morada que no sabemos si es cielo o infierno, pero donde seguro se encontrará con otros grandes que partieron antes que él, como los inolvidables John Bonham, Randy Rhoads o Dimebag Darrell, por sólo nombrar algunos.

Su legado con Elf, Rainbow, Black Sabbath, Dio y Heaven and Hell, es sólo una parte ínfima de su inmenso talento; en las innumerables veces que tuve la suerte de presenciarlo actuando en vivo, siempre me pregunté cómo de un cuerpo tan diminuto y esmirriado era posible que pudiera emerger esa voz gigantesca y titánica que a uno lo transportaba a latitudes insospechadas, donde la emoción superaba la razón y más de una vez me sorprendí derramando una lágrima de intensa emotividad en un recital de este hombre.

Pero por sobre al artista, rescato a la persona, porque tuve la suerte de conversar largo y tendido con el ídolo y de sentirme empequeñecido por su caballerosidad, su gentileza, su trato cálido y educado y su inmenso amor por su esposa y manager Wendy Dio. Ronnie me brindó muchos momentos alegres en mi vida, pero más allá de eso me demostró con creces que los más grandes, muchas veces, son los más humildes y centrados; siempre tuvo un trato cercano y cariñosos con los fans, nunca se negaba a una foto, un autógrafo, un abrazo o apretón de manos; nadie tenía más claro que él que el rock logró su inmortal longevidad única y exclusivamente por los fans, por ello los trataba como las personas más importantes del mundo. Y así fue tal como me sentí cuando lo pude conocer en persona y confirmar que toda la admiración que sentí desde niño por este artista había valido totalmente la pena.

Por ello, en el momento de tu partida Ronnie, sólo me queda darte las gracias; mil veces gracias, sé que mi voz y mis palabras representan muchos corazones que lamentan tu partida, pero créeme que todos esos mágicos momentos que nos brindaste con tus discos y tus actuaciones jamás serán borrados de nuestra memoria. Tú mismo una vez me lo dijiste: “Seamos ángeles o demonios, los rockeros siempre seremos considerados los últimos en la línea de la sociedad”, pero tú mismo te encargaste también de hacernos sentir orgullosos y especiales por abrazar y amar esta música, de la misma forma en que te abrazamos y amamos a ti en el momento de tu partida. A uno de los maestros del Heavy Metal, a uno de los talentos más inmensos que ha conocido nuestra música y ante todo, a un gran ser humano, descansa en paz Ronald James Padavona."

por Cristian P.

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