Una mirada que transgrede, pero también que cuestiona la doble moral de una sociedad en decadencia, es lo que muestra “The Path of Misery”, del músico y artista plástico Marilyn Manson, cuya obra culmina de exhibirse en el Colegio de San Ildefonso, el 5 de febrero. La pincelada gruesa de la acuarela que parece remarcar la decadencia; lo oscuro del ser humano, se contrapone con los colores vibrantes que utiliza Manson para sus obra, su colorido contrasta con la rudeza de sus temas. La obra acuarelística de este artista es buena, y atrae sobre todo a miles de jóvenes que a lo largo de dos meses se han dado a la tarea de admirar su obra que está integrada por 30 acuarelas. La obra de Manson tiene ciertas influencias como de pintores como el austriaco Egon Schiele sobre todo su serie de desnudos femeninos; su manejo de la línea y colorido, inclusive la postura de las modelos, recuerda la obra de Schiele. Su serie de personajes contemporáneos, denota la angustia de una sociedad en decadencia; los excesos de una comunidad que desde su palestra lanza una moralidad fingida y se convierte en una fábrica de seres desdichados como lo muestra la obra “Debo rezar para que los demonios me dejen matar a mis padres”, que habla del abuso infantil. O qué decir de la acuarela llamada “El cultivo fracasado”, que recrea una mano haciendo el signo de amor y paz y de sus dedos surgen los jóvenes asesinos de la tristemente célebre masacre de Columbine en Estados Unidos, de la cual luego se culpó a Manson de ser el inspirador con su música, de tal acto dejando a un lado la responsabilidad de una sociedad que busca los valores fundamentales del hombre en el éxito económico. Marilyn Manson no se quedó callado ante tales acusaciones y una de sus respuestas son varias de estas acuarelas. Manson se sabe ícono de toda una generación, así lo comprueban las largas filas de jóvenes que han visitado esta muestra, y con su obra asume sus principios de vida, que son un reflejo de la sociedad en que vivimos. Además en un apartado se muestran videos de sus performances que son tal vez más provocadores que su obra plástica y su música. La museografía es adecuada pues recrea una atmósfera sombría.