Difícilmente podría haber un mayor contraste entre Manson, el chico malo estadounidense que introdujo la era dorada de lo grotesco, y las 1,500 personas que viven tranquilamente en las bajas y extensas granjas distribuidas a lo largo de la calle principal de Kallnach, con sus techos llegando casi hasta el suelo.
"Ellos son completamente diferentes", dijo Beat Laederach, de 47 años de edad, quien ha sido el administrador del poblado durante 17 años. "Nosotros vivimos de la tierra, una existencia muy somnolienta. Pero tiene sus ventajas: Hay poco desempleo, nada de vandalismo; la vida es modesta, cómoda y amigable".
No obstante, el vínculo de Manson con el poblado "es importante para nosotros", dijo Laederach. El nombre Kallnach se ha dado a conocer, notó, gracias al éxito de una absenta súper premiada que fue desarrollada con Manson.
En cierta forma, las colinas y valles al noroeste de Kallnach, por lo demás conocidas por sus relojes de pared, podría ser conocida como la cuna de la absenta. El ajenjo, el ingrediente que define a la absenta, así como las otras hierbas que van en su preparación, crecen de manera abundante aquí, en las profundidades de las Montañas Jura de Suiza. A finales del siglo XIX, la absenta era tan popular en París que rivalizaba con el vino como le bebida preferida. Impresionistas franceses, como Edgar Degas y Edouard Manet, no sólo la bebían, sino que la incluían en sus obras.
No obstante, la absenta, licor que puede tener un contenido alcohólico de hasta 75 por ciento, también era conocida como el Hada Verde, espectro malicioso del que se afirmaba que retorcía las mentes de los hombres -- y las mujeres -- y les provocaba delirios, alucinaciones, vértigo e incluso la locura.
Para comienzos del siglo XX, varios gobiernos en el mundo estaban prohibiendo el ajenjo. Los amantes del ajenjo negaron su toxicidad, culpando a la industria vinícola por buscar que un competidor terminara orillado. (El análisis moderno ha demostrado que las absentas producidas actualmente no tienen uno solo de dichos efectos).
Entonces, ¿cómo fue que se dio el vínculo entre el cantante de rock shock, actor y artista y esta apacible comunidad? Empezó en 2005, luego que Suiza, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos y muchos países en Europa, legalizara la producción de ajenjo.
El hombre que revivió el ajenjo en Kallnach es Oliver Matter, cuyo bisabuelo destiló por primera vez schnapps aquí a finales de los años 20, embarcando productos a la Feria Mundial de Chicago en 1933, bajo la marca de Will Tell.
En 2004, apenas dos meses antes que la absenta fuera legalizada mediante un referendo nacional en Suiza, Matter puso a producir licor a sus grandes esferas de cobre para destilación, en un cobertizo justo en las afueras del poblado.
Obviamente, el mundo estaba listo para el regreso del ajenjo. A los pocos días de haber empezado con la producción, distribuidores que buscaban vender su ajenjo en grandes mercados como Inglaterra, Francia y Estados Unidos, donde el ajenjo se estaba convirtiendo rápidamente en una locura, se pusieron en contacto con Matter.
Uno de los distribuidores que se puso en contacto con Matter fue Markus Lion, de 41 años de edad, compacto y dinámico empresario proveniente del sur de Alemania, quien estaba en busca de absenta de calidad para un cliente en particular, Marilyn Manson, cuyo manejador era amigo de Lion. "La absenta se estaba convirtiendo en un tema de importancia", comentó Lion. "Y Manson tenía fama de ser conocedor de la absenta".
Después de un concierto en Basel, ciudad suiza al norte de este lugar, Lion se reunió con Manson, también conocido como Brian Hugh Warner, y descubrieron que tenían amigos y gustos en común, incluido el ajenjo. Accedieron a producir un ajenjo especial, que sería llamado Mansinthe (Masenta), en la destilería de Matter.
Después de varias destilaciones, Masinthe fue presentado en el verano de 2006, vendiéndose en aproximadamente 65 dólares por una botella de 24 onzas (poco más de 670 mililitros). Las ventas se dispararon en los meses restantes de 2006, a más de cuatro veces la cantidad total de ajenjo que Matter había vendido el año previo. Actualmente, el ajenjo representa más o menos la mitad de sus ventas anuales por 1.3 millones de dólares.
Al poco tiempo, el apellido Manson estaba en boca de todos en Kallnach. Ahora, Fritz Mayer, de 68 años de edad, guarda Masinthe en los anaqueles para licor de su carnicería y tienda de abarrotes sobre la calle principal de Kallnach, junto a botellas de Jack Daniels y crema irlandesa Baileys. Él vende salchichas de cerdo con sabor a ajenjo. "Son muy populares", destacó.
El Masinthe, dijo Lion, "le dio un verdadero impulso al mundo de la absenta".
"Nosotros no teníamos gran cosa que hacer", prosiguió. "Manson ya era una figura muy polémica, justamente como los artistas del siglo XIX. Así que para mí, él era el socio ideal".
Matter, quien ahora tiene una camisa con la leyenda "La Pandilla Manson", y "66.6 por ciento", por el contenido alcohólico del Masinthe, dijo que había quedado asombrado por la buena recepción que Manson había tenido en la localidad, aunque nunca hubiera visitado la comunidad. "Curiosamente, nadie ha llegado alguna vez y ha preguntado: ¿Por qué hacen algo como esto?".
Stefan Johner, de 19 años de edad, dijo que a él no le causaba sorpresa. Aprendiz de mecánico que repara tractores, dijo que nunca había probado el ajenjo, prefiriendo más bien la cerveza o el vino, o g¼isqui o vodka, si buscaba un trago más fuerte. Con todo, estuvo de acuerdo en que el ajenjo tenía "cierta tradición" en la localidad.
¿Encajaba Marilyn Manson en esa tradición? "Seguramente un poco", respondió. "Él está un poco loco", prosiguió, mientras tenía las manos clavadas en los bolsillos de un grasoso overol azul. "En Kallnach hay personas totalmente normales, pero también algunas que están un poco locas".
Fuente: http://www.nytimes.com/2009/01/29/world/europe/29swiss.html?_r=3