El motivo que ha permitido el largo reinado del rock es la fuerza con la que apareció hace ya medio siglo, incomparable a cualquier otro estilo musical, pero también es incuestionable que ha sabido adaptarse a los tiempos y generar tendencias nuevas que partían de su base fundamental. Desde los 50 el rock se considera un género como tal, pero diez años antes, Robert Johnson ya había hecho su pacto con el diablo para demostrar que era el mejor guitarrista de blues de la historia.
Poder social
Ese fue realmente el primer rockero y desde él, una enorme cantidad de genios nos regaló el rock desde sus prismas, Chuck Berry, Roy Orbison, Elvis Presley y Buddy Holly en los 50; Cream, Jimmi Hendrix, Rolling Stones y hasta los Beatles en los 60; el rock psicodélico de Pink Floyd, Frank Zappa y el más naif de Dylan, Leonard Cohen o hasta el punk rock de Velvet, Bowie o Reed, hasta que en los 70 llegaron Led Zeppelin, Queen y el nuevo derivado, el heavy metal de Black Sabbath, ACDC, etc. En los 80 más de lo mismo, el glam metal de Bon Jovi y el hard rock de Guns and Roses, primeros juegos con la electrónica, y, ya en los 90, el black metal, el grunge de Nirvana. Con el cambio de siglo, más y más variaciones y nuevos rumbos. A pesar de todo, algo sigue diferenciándolo: su poder social.
La característica principal del ídolo de rock era su actitud. Desde Dylan a los Rolling, todos hablaban de revolución. Pero no viajaban solos en ese cambio social. Ahora podías ser el rey del mundo diciendo lo que querían porque el público lo repetía con devoción. Apareció la «rock’n roll star» y durante un tiempo se le permitió todo. Daba igual que un drogado Kurt Cobain no llegase a una entrevista porque era la voz de Nirvana, o la leyenda de que Jim Morrison se masturbara sobre el escenario, eran los Doors, qué más daba. Cuántos conciertos fueron cancelados por sus excesos… Hoteles destrozados, alcohol, droga, pero era parte de esa esencia del rock.
Ahora tenemos que aguantar que Justin Bieber tenga a miles de personas durmiendo semanas antes de su concierto en la calle, que llegue tarde a las ruedas de prensa y no se quite la capucha como si quisiera esconder el mito que han inventado sobre él. Antes se actuaba así porque era espectáculo puro, sin caretas, lo único que tiene Bieber es una sobredosis de azúcar. Acabará explotando. Ahora se busca la fama por cualquier camino. No hay tanto talento como había antes en los escenarios . Echamos de menos las colaboraciones que en algún momento tuvieron Clapton, Dylan y Robbertson juntos, Bowie, Freddie Mercury, Keith Richards y Slash .
Actualmente, las «rock ‘n roll stars» son los futbolistas y los cocineros. Puede que toda esa gente que ha tenido el rock como banda sonora de su vida esté envejeciendo y simplemente nos hemos dado cuenta de que las cosas han cambiado. Ya lo anunciaba Marilyn Manson con su «rock is dead»: «El rock está más que muerto, dios está en la televisión…» , aunque si hay una estrofa que puede definir el final del rock mejor que ninguna es de la canción de David Bowie «Rock and Roll Suicide»: «Eres demasiado viejo para perder y demasiado joven para elegir, los relojes esperan pacientemente en tu canción, caminas más allá del café y no comes cuando has vivido demasiado tiempo, eres el suicida rock and roll».
«Ahora cualquiera es rockero»
En opinión de Carlos Jean, uno de los productores españoles, «el rock seguirá existiendo siempre, pero internet ha abierto las puertas de la creatividad y la ha hecho accesible a todo el mundo. Ya no hace falta reivindicar nada porque los cambios sociales que vivió el rock en los 60 y 70 no son comparables a los de ahora, cuando todo el mundo puede tener una doble vida en internet y quizá es la música el modo de llegar a todo el mundo». Y añade: «Las tribus urbanas y la música cada vez están más alejadas entre sí. Ahora cualquiera es rockero, sólo necesitas un ordenador y esa universalidad hace que no todo sea rock».
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